EDITORIAL
Nos reencontramos en este 2010 con todo el empuje y las fuerzas que unas reparadoras vacaciones nos han dado. Hemos aprovechado este receso para trabajar en pos de mejorar nuestra línea editorial y se han incorporado otros miembros de la familia al equipo de “Revista El Observador”.
En la convicción que conocer nuestras raíces tiene que ver con nuestra propia identidad, con la integración social y con profundizar nuestro sentido de pertenencia, es que comenzamos este año a contar la historia de esta parte de la ciudad. Y seguiremos en las sucesivas ediciones.
Este año también estaremos dando difusión a diversas actividades que se desarrollan en esta ZONA y que hacen a la vida y al crecimiento de la comunidad.
Esperando que usted se sienta un protagonista de estas historias le pedimos que nos acerque fotos, anécdotas, recortes de diarios o cualquier otro material que posea y crea que pueda ayudar al trabajo de investigación que nuestra producción estará realizando a lo largo de todo el año.
Tenemos renovadas esperanzas de seguir contando con su apoyo y compañía.
Hasta la próxima edición!

FABRICA MILITAR DE AVIONES (1º parte)
MADRE DE INDUSTRIAS

Es tal vez el más emblemático y entrañable ícono de la tradición industrial cordobesa, que reconoce en ella la génesis de su desarrollo.
El apogeo del desarrollo industrial cordobés se produjo en las décadas de 1950 y 1960, pero la semilla venía germinando desde mucho antes. El embrión temprano de la Córdoba industrial fue la Fábrica Militar de Aviones, que se instaló en la provincia en 1927, cuando languidecía el modelo agroexportador y asomaba en el horizonte el crack mundial de 1929. Hasta entonces, en Córdoba predominaban las actividades agrícolas y ganaderas. Había muy pocas fábricas de alguna envergadura –la Cervecería Córdoba y las cementeras de Dumesnil y Yocsina– y muchos establecimientos menores, aunque no alcanzaba para proclamar a Córdoba como la meca industrial que sería pocos años más tarde. No todavía.
Por lo demás, la huella del pasado colonial seguía presente en las costumbres y las tradiciones de una sociedad que se parecía en mucho a la pintada por Arturo Capdevilla en su magistral Córdoba del recuerdo. La mayoría de la población era rural. En la Capital vivía apenas la cuarta parte de los cordobeses y la ocupación giraba en torno a la administración pública y el comercio. Ése era el perfil de la provincia cuando despegaron los primeros aeroplanos fabricados en Córdoba. Eran máquinas livianas para uso militar designadas con nombres criollos como Calquín, Mañque, Ñancul, Colibrí, Chingolo o el más moderno Huanquero.

SEMILLERO
La fábrica fue el primer semillero de técnicos y operarios especializados; muchos entraron allí como aprendices y se convirtieron en obreros capacitados. La fábrica fue, por lejos, la mejor escuela industrial de la época y convocó a contingentes de trabajadores provenientes del interior cordobés y de otras provincias.

Luego de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, arribaron a Córdoba diseñadores y técnicos europeos que se sumaron a los proyectistas locales. Entonces, se desarrolló el prototipo del Pulqui I, un moderno avión a reacción, y poco después el Pulqui II, que marcó el punto más alto de la industria aeronáutica argentina, colocando al nuestro en el selecto grupo de países que contaban con esta tecnología de avanzada. Además, en Córdoba se fabricaban motores, turbinas, instrumental, armamentos, paracaídas y hasta un cohete teledirigido. El aeropuerto de camino a Pajas Blancas comenzó a operar en 1946, el año de su inauguración.

EL BRIGADIER SAN MARTIN
Juan Ignacio San Martín no era cordobés; había nacido en la Capital Federal en 1904. Llegó a Córdoba en 1944 con el grado de mayor y se puso al frente del Instituto Aeronáutico, continuador de la primitiva Fábrica Militar de Aviones. Fue él quien durante un viaje a Europa reclutó a Emile Dewoitine, un ingeniero francés que jugó un papel clave en el desarrollo del primer Pulqui, y a Kurt Tank, el alemán que colaboró en el diseño del Pulqui II.
Su intensa actividad y los logros alcanzados, le valieron no sólo el ascenso a comodoro de la flamante Fuerza Aérea, sino que además fue escogido por Juan Domingo Perón, entonces presidente de la República, para representar al peronismo en las elecciones de 1949.
Córdoba no era una plaza fácil para el nuevo oficialismo: en las elecciones de 1946 el peronismo había ganado ajustadamente y al poco tiempo la provincia fue intervenida. Esta vez la apuesta funcionó: San Martín resultó vencedor y se convirtió en gobernador de Córdoba. Un año más tarde obtuvo el grado de brigadier. No completó su mandato, porque en 1951 Perón lo llevó de regreso a Buenos Aires, confiándole esta vez el Ministerio de Aeronáutica, pieza clave del Segundo Plan Quinquenal.
Sin embargo, durante sus dos años y medio de gobierno, el brigadier San Martín dio un fuerte impulso al polo industrial cordobés, sentando las bases de su desarrollo posterior. Fue él quien creó, en el seno de la planta de aviones, la Fábrica de Motores y Automotores bajo la dirección del ingeniero Ambrosio Taravella, antecedente inmediato del legendario IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado), que nació al año siguiente. Además, resolvió el problema de la provisión de energía, creando la Comisión Administradora del Servicio Público de Electricidad, antecesora de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec) fundada en abril de 1952.
Esteban Dómina
Continuará en el próximo número del Observador

LAS GRANDES INDUSTRIAS Y LA AERONÁUTICA
Entre las industrias más avanzadas que la ola privatista transfirió, está la Fábrica Nacional de Aviones, en Córdoba. Pionera del desarrollo aeronáutico, desde 1930 diseñó y fabricó 31 prototipos siendo la primera del hemisferio sur en construir y hacer volar un avión jet -el “Pulqui I”- en 1947. El proyecto aeronáutico fue el motor de la industria automovilística, hasta que el gobierno de Menem entregó el complejo aeronáutico a la americana Lockeed-Martin y, hoy un taller de mantenimiento. Ex-técnicos y el comodoro Aguirre, relatan las consecuencias que tuvo la privatización: 5000 familias quedaron en la calle y a cambio de la concesión de la fábrica, el país no recibió nada. La fábrica de Córdoba puede recuperarse y construir junto al Brasil, una gran industria aeronáutica latinoamericana.
Parte del estudio realizado por Pino Solanas para la película Argentina Latente

SOMOS MUCHO MAS QUE DOS
23 años del Teatro La Luna.
En 1987 abrieron una puerta que desde entonces recibe a público y vecinos.
En el cuento de Gabriel García Márquez, “La prodigiosa tarde de Baltazar”, un hombre hace una jaula mientras los chicos entran y salen de su patio, curioseando. El cuento, en versión teatral, marcó la apertura del teatro La Luna, en Barrio Güemes, en 1987. En la puesta participaron actores, actrices, vecinas y vecinos con sus gallinas y perros.
Ese patio, a lo largo de 20 años, se ha convertido en el emblemático espacio colectivo que Mónica Carbone y Graciela Albarenque imaginaron. Hoy, la comunidad de Güemes entra y sale incorporada a las actividades de formación e intercambio, como los talleres y la biblioteca, anexada a la casa de Fructuoso Rivera y Pasaje Escuti.
“¡Chau Luna!”, las saludan por el barrio.
Cuando Mónica y Graciela llegaron, vieron que los vecinos sacaban las sillas a la vereda y pensaron que por ahí debían iniciar el camino de acercamiento. Pusieron en escena “Siguiendo el hilo” (versión de Romeo y Julieta) con los jóvenes, con trapecios en la calle. Recuerdan el placer que sintieron entonces; muchos de esos jóvenes se convirtieron después en profesionales del teatro.
“Festejamos abriendo, es decir, vinculándonos con otros grupos, asociaciones y personas. Dar espacio…, dar espacio, es la consigna”, dice Mónica.”Como si plasmáramos todo lo que venimos hablando de la diferencia y que mostrábamos en nuestro trabajo” señala Graciela.
Esa síntesis adquirió la forma de fiesta, en las recordadas y multitudinarias Fiestas de San Juan, alrededor de la fogata. Nadie quedaba afuera. Hubo noches en que la obra teatral estuvo acompañada por un plato de sopa y pan.
También anuncian los logros del grupo de jóvenes “Los Gusanos del Cyber”. Los chicos han realizado acciones escénicas en las calles, esquinas y en los ómnibus.
También desarrollan tareas que vinculan La Luna con las escuelas Carolina Mosca y Adolfo Saldías.
Mónica y Graciela fueron imponiéndose al contexto por la acción. Y desde siempre siendo parte de un equipo que toma el proyecto como suyo. Ahora Celeste, Sol y Titi, son las responsables de la Biblio y en la sala de teatro el equipo de La Quimera y el Calefón son parte del grupo que vislumbra La Luna.

Mientras tanto, en la biblioteca Luna Abierta hay una gran oferta de talleres los martes, miércoles y jueves desde las 17 hs.

Manifiesto de la UNESCO sobre la Biblioteca Pública. 1994
La libertad, la prosperidad y el desarrollo de la sociedad y de los individuos son valores humanos fundamentales. Estos sólo podrán alcanzarse mediante la capacidad de ciudadanos bien informados para ejercer sus derechos democráticos y desempeñar un papel activo en la sociedad. La participación constructiva y la consolidación de la democracia dependen tanto de una educación satisfactoria como de un acceso libre y sin límites al conocimiento, el pensamiento, la cultura y la información.
La biblioteca pública, puerta local hacia el conocimiento, constituye un requisito básico para el aprendizaje a lo largo de los años, para la toma independiente de decisiones y el progreso cultural del individuo y los grupos sociales (…)

La O.N.G amplió sus espacios: a la casona existente donde funciona actualmente la sala de teatro, biblioteca y lugares de reunión, le sumaron una casa lindera para desarrollar en los diversos espacios otras actividades.
Se dispondrán de espacios adecuados para el dictado de “Diseño de Indumentaria”, “Carpintería” y “Gráfica alternativa”.
También en la cocina se desarrollaran talleres de “Alimentación y Consumo” a fin de profundizar los aportes que desde allí puede hacerse a la población.
Los recursos humanos capacitados para ejecutar los talleres han sido seleccionados.

Teatro LA LUNA esta desarrollando actividades artístico-socio-culturales desde hace 23 años, siempre en el mismo centro

“Este barrio Güemes es nuestro barrio del que somos vecinas y vecinos, al que conocemos y vemos transformar.
La inspiración de nuestra propuesta es la idea acción. Lo que descubrimos como necesidad se trasforma en un objetivo. Comunitariamente buscamos respuestas que posibiliten el crecimiento del barrio, la ciudad, la provincia…
Vemos el ingenio como un motor posible y superando el “lo atamo con alambre” cualificamos las propuestas con la capacitación y la formación.
Con Cine Club LA QUIMERA hacemos una gestión conjunta por el desarrollo del cineclubismo, la reflexión y los encuentros”.
Comienzan los talleres de Teatro para adultos, jóvenes y niños.
La sala de teatro desarrolla su programación.
En Marzo comenzarán las clases y todas las actividades. Invitamos a visitar el blog: www.teatrolaluna.blogspot.com y en Pasaje Escuti 915 podrás obtener respuestas desde la segunda semana de febrero, previa cita al Tel.: 4608471.

CORDOBA SIENTE TANGO
Latima, bandoneón,En el número anterior, hablaba de los tangos más conocidos y celebrados de la década del cuarenta, una de las más fecundadas en cuanto a creación, que le dieron lustre con letristas y músicos maravillosos al ritmo del dos por cuatro. Talvez faltó añadir una letra, para aquellos que gustan cantar o leerla completa. Pero ahora voy a referirme a los tangos que nacieron en los cincuenta, década en la que también hubo creaciones memorables. Vayan como ejemplo, en un listado muy incompleto, títulos como éstos:
Che Bandoneón (1950), Mi Vieja Viola (1950), San José de Flores (1953), Una canción (1953), Afiches (1956), Y todavía te quiero (1956), La Ultima (1957), En la Madrugada (1959). Dejo para el final: La última Curda, de 1956, porque es tan hermoso que no resisto la tentación de reproducir alguna estrofa. Pero antes quiero decir que la letra es de Cátulo Castillo y la música de Aníbal Troilo, que fue estrenado por Edmundo Rivero y la orquesta de Troilo cuando “el mudo” era su cantor. Aquí van los versos:
mi corazón
tu ronca maldición maleva…
Tu lágrima de ron
me lleva
hasta el hondo bajo fondo
donde el barro se subleva…
Ya sé. No me digas, ¡tenés razón!
La vida es una herida absurda
y es todo, todo, tan fugas
que es una curda
- ¡nada más! -
mi confesión.
Cambiando de tema, les cuento que la editora de la revista quiere que hablemos y escribamos sobre nuestro barrio, El Abrojal, Güemes, Observatorio. Lo haremos desde el próximo número y estoy hablando en plural porque creo que hay muchos viejos vecinos que pueden arrimar una historia, un cuento, una leyenda, de estas queridas barriadas.
Yo hago un adelanto, poniendo estrofas de un tango bien cordobés, de Benigno Ochoa, que fue estrenado en los carnavales de 1930. Dice así:
Abrojalera,
piba querida
toda mi vida
se fue con vos.
Y en tu recuerdo
desesperado
se ha refugiado
mi corazón. Osvaldo Pedrocca